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Muñecon

A quemar el año viejo que llegó el 2018

Entre nosotros los cubanos hay quien regará agua bendita por la casa para santificarla, quien se persignará, y quien hace el gesto del solavaya, mientras otros darán tres vueltas a la cuadra con un maletín en las manos…

En fin, son cientos de tradiciones que se desarrollan en el mundo alrededor de la llamada nochevieja y la llegada del nuevo año, y nosotros los cubanos no somos indiferentes a este momento crucial.

Disímiles ritos protagonizan el 31 de diciembre movidos por una enorme esperanza de mejorar en el plano afectivo-amoroso, familiar, laboral y económico durante los próximos 12 meses.

Los cubanos lo pasamos de lo mejor, y generamos toda suerte de «inventos» para conseguir la prosperidad y buena dicha en el siguiente año.

Entre las tradiciones más ocurrentes durante el último día del calendario se encuentra la quema del año viejo con una suerte de monigote de trapo que se confecciona en familia, un grupo de amigos o vecinos, donde los más jóvenes llevan la vanguardia.

Según el sitio donde se viva, y las condiciones de cada quien es que se elige la manera de elaborarlo, de tal forma que no hay portal cubano que en la noche del 31 no exhiba su muñecón hecho de harapos viejos.

Cuentan algunos de los depositarios de esta tradición, que mientras más viejo y feo sea el monigote es mejor. Por ello tratan de buscar toda la ropa vieja de la casa, las más raída y que ya no sirve ni para trapo de cocina.

Así, con los pantalones viejos de uno, la camisa del otro, y los zapatos despegados de aquella va cobrando vida nuestro añoviejo. Todo lo que aparezca por el barrio o la familia le viene como anillo al dedo y lo más importante es el relleno, que puede ser de trapo también y si no yerba seca, hojas de plátano, aserrín, o periódicos viejos.

Ya a las 12 de la noche, cuando todos se besan, se saludan, y abrazan el muñeco de trapo es quemado a la vista de todos.

Con ese fuego se purifican nuestras vidas, es un verdadero ritual para alejar la mala suerte o las energías negativas del año que termina. Este personaje a veces adopta poses un tanto graciosas y otras roza lo grosero, pues no son pocos los que lucen sus miembros viriles a luz de pleno día. También es usual ponerle el nombre del villano de la serie de turno, y en ocasiones se le ha vestido con atuendos alusivos al país, o sido empleado para desahogarse políticamente.

Este año en particular los cubanos le han dedicado su muñeco a Donald Trump, quien ha sido bastante impopular entre nosotros, y utilizan esta manera sencilla y espontánea de burlarse de él.

En Cuba esta práctica se ve sobre todo en provincias occidentales, y como en otras partes del mundo, se le llama sencillamente Añoviejo. Pero en cada país, el espíritu es el mismo: despedir las penas, los enojos de 365 días de un año, sacar todo lo malo, y emplear el fuego como elemento catártico.