Haschisch un poema poco conocido de José Martí
José Martí, el más universal de los cubanos, el más grande, el de todos los tiempos le escribió a tantas cosas en su corta existencia de 42 años, que cuando miras todos los tomos de sus obras colocados uno al lado de otro, te cuesta creer que alguien en tan corto tiempo haya podido hacer tanto.
Hojeando el Tomo 17 de Las Obras Completas producidas por la Editorial Nacional de Cuba, en 1964, justo en la página 75, encontramos este poema muy poco conocido que queremos compartir contigo. Es extenso, pero es un texto único que seguro te impactará por su belleza.
¡Atrévete a leerlo completo! Te advertimos, que aunque no lo hagas cualquiera de sus estrofas dejará su huella en ti. No te pierdas el final.
Aquí te va:
Haschisch
Arabia: –tierra altiva
Sólo del sol y del harem cautiva.
Cuando la infame Tierra abre su seno
Al árabe, engendrado
De ardiente arena y sol enamorado,
Y el seno, de miserias viles lleno,
Fango sangriento al árabe ha mostrado,
Lo eterno anhela, el árabe suspira,
Los ojos cierra a la verdad, y llora
Dulce llanto de amor a la mentira,
Y el alma ardiente de la tierra mora
Duerme para vivir, pues–viva–la ira
En su pecho más loca se levanta
Que la idea de amor en sus mujeres
Y el canto de pasión en su garganta.
¡Amor de mujer árabe!–La ardiente
Sed del mismo Don Juan se apagaría
En un árabe amor, en una frente
De que el negro cabello se desvía,
¡Como que ansia de amor eterno siente,
Y a saciarnos de amor nos desafía!
¡OH! Viven aquellas
Magníficas doncellas,
Las trovas no escuchadas
Las horas no sentidas,
Y lágrimas de amor aún no lloradas,
Y fuentes de hondo amor aún no sabidas;
En ellas, las huríes,
Por cada rayo de su sol un beso
Con sabor de azahar y de alelíes;–
¡Y en ellas, lo imposible
De una hoguera de luz nunca extinguible!
La vida es el amor–donde la tierra
Por los solares besos fecundada,
Pensiles ha por hijos, en que encierra
La fragancia y la luz de una alborada;–
La vida es el amor–donde de amores
Del tibio sol y arábigas arenas,
Hasta el desierto mismo nacen flores
Con palmas leves de murmullo llenas;–
Y allí donde si el sol desapareciera
Del beso de una hurí renacería,
Prendida dejo el alma pasajera
Y la vida es amor; –1Oh! ¡Quién pudiera
De una mora el amor gozar un día!
No es estatua de lánguida figura
El alma de un poeta:
Es un sol de dolor: alma sin cura
De universal enfermedad secreta:–
En sí tiene el hervor, en si esta fiera
Ansia que en beso incomparable invoca
Que, dado en una vez, arda en su boca
Más allá de las horas en que muera:–
¡Oh! ¡Pobre alma dormida
Sin este beso eterno sacudida!
Una árabe que besa,
Es labio de mujer, donde nos cumple
La eternidad al fin una promesa:–
¡Oh! Si mis labios pálidos rozara
Una arábiga boca, donde arde
Cuando se imprime, el fuego del Sahara,
Mientras no es ida, el fuego de la tarde:–
Si esta mejilla sin color, –hundida
Al espantoso beso
Que con los huesos de su boca, impreso
En cara y corazón deja la vida,–
Si este espíritu luce enamorado
Del armónico amor, en mí sintiera
Ese beso de una árabe, engendrado
Al fecundo calor de una quimera;
Si el alma de una mora, al hierro impío
Del tiránico afán encadenada,
Viniera a calentar el pecho mío,
y dejara en mi boca fatigada
Un beso como el fuego del Estío
Largo como el dolor de esta jornada, –
Yo no sé qué dulcísima ternura
Este árido cerebro llenaría:
Yo no sé qué colores esta oscura
Virgen de mi alma asta vestiría;
Que luz como esta luz–¡Oh! qué ventura
De una mora el amor gozar un día!
Chimenea encendida
Al frío corporal vuelve la vida;
¡También de un beso al fuego,
El muerto de vivir, renace luego!
Nadie sabe el secreto misterioso
De un beso de mujer: yo lo he sabido
En un arrobamiento luminoso
Extra-tierra, extra-humano, extra-vivido.
Cuando todo lo férvido dormita,
Cuando todo lo imbécil gigantea,
Cuando la languidez solo se agita
Y por nuestra alma mísera pasea,–
Hay algo más hermoso que una noche
De enero de mi patria en las llanuras;–
Más dulce que un dulcísimo reproche.
Lleno de confusión y de locuras,
Con que un trémulo labio
Culpa y perdona su amoroso agravio–
¡Hay algo como en sueños
Nos pareció escuchar, algo que ha sido
Verdad, aunque fue sueño, porque deja
Partida la verdad, cierto el sonido.–
Un rayo que refleja
Muy suave claridad, –una dulzura
Que todos nuestros átomos orea,
Y una especie de aroma de ternura
Que sobre nuestros labios titubea!
¡Un beso de mujer! –Pues, ¿cómo ha sido?
Todo lo venturoso ha renacido
La redención espléndida amanece,
Esénciase el cadáver, y en el punto
Heramano siglo y siglo de un difunto,
¡O me engaño–¡Oh! Ventura– o me parece
Que do el difunto fue la yerba crece!
¡Un beso de mujer!– Yo lo he sabido
Es un muy dulce instante extra-vivido–
El árabe, si llora,
Al fantástico haschisch consuelo implora.
El haschisch es la planta misteriosa,
Fantástica poetisa de la tierra:
Sabe las sombras de una noche hermosa
Y canta y pinta cuanto en ella encierra.–
El ido trovador toma su lira;
El árabe indolente haschisch aspira
Y el árabe hace bien porque esa planta
Se aspira, aroma, narcotiza y canta.
Y el moro está dormido,
Y el haschisch va cantando,
El sueño va dejando,
Armonías celestes en su oído.
Muchos cielos ha el árabe, y en todos,
Hay amor, –pues sin amores,
¿Qué azul diafanidad tuviera el cielo?
¿Qué esplendido color las tristes flores?
Y el buen haschisch lo sabe,
Y no entona jamás cántico grave.
Fiestas hace en su cerebro,
Despierta en él imágenes galanas;
El pinta un arroyo de blando quiebro,
El conoce el cantar de las mañanas,
Y esta arábica planta trepadora,
No gime, no entristece, nunca llora;
Sabe el misterio del azul del cielo,
Sabe el murmullo del inquieto río,
Sabe estrellas y luz, sabe consuelo,
¡Sabe la eternidad, corazón mío!
El árabe es un sabio:
Cobra a la tierra el terrenal agravio.
Y en tanto,–el encendido
Vigor de este mi espíritu potente
Me quema en mí y esclavo y oprimido
Tormenta rompe en la rebelde frente:–
Y en tanto – de mi espíritu el deseo
De aquello lo invisible se enamora
Y se abraza en mí mismo, y ¡me devora!
Buitre a la vez que altivo Prometeo!–
¡Amor de mujer árabe, despierta
Esta mi cárcel miserable muerta:
Tu frente por sobre mi frente loca:
¡Oh beso de mujer, llama a mi puerta!
!Haschisch de mi dolor, ven a mi boca!