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Cayo las Brujas, un hechizante paraje en medio del mar

Por lo regular Cayo las Brujas es uno de esos sitios que ya te gustaría conocer antes de llegar a Cuba, y del cual, una vez que ya lo conociste, no te quisieras marchar. No se trata de un slogan barato, es una sensación compartida por los miles de visitantes que recibe cada año el primero de los islotes que cruza El Pedraplén de Caibarién a Cayo Santa María, ubicado al norte de la provincia de Villa Clara, y a unos 380 kilómetros de la capital del país.

Ciertamente, no tiene el glamour de Ensenachos o el desarrollo turístico de Santa María, pero ese es su principal atractivo precisamente: la falta de empaques sofisticados, su naturalidad.

Se trata de una excelente alternativa para quienes recorren la isla en busca de destinos donde sea posible relajarse y abstraerse de todo, incluso del habitual trasiego de los grandes resorts. Y precisamente eso le distingue, pues de los tres cayos principales del polo turístico villaclareño es el que menos comercializado se encuentra al tener en su seno solo una villa. Pero atractivos le sobran, como te vamos a demostrar.

Comencemos diciendo que ya el solo hecho de adentrarse por una autovía de 48 kilómetros sobre el mar, es una experiencia que pocos destinos turísticos del mundo poseen. Es realmente maravilloso conducir teniendo a ambos lados un mar que por su color azul turquesa pareciera retocado por la destreza de un artista sagaz.

Pero si además de ello se le acompaña de la mayor reserva de manglares de que dispone Cuba, y se le salpica con la presencia de grandes colonias de flamencos rosados y otras especies marinas, se comprenderá al instante, la necesidad de que el pedraplén tenga numerosas curvas para prevenir que el visitante, absorto por tantos deleites sufra algún tipo de distracción lamentable.

No obstante, si de condiciones se trata, Las Brujas tiene lo que les falta a sus cayos hermanos: un aeropuerto, al que puede arribarse en solo minutos si se vuela desde el Aeropuerto Internacional Abel Santa María, de la Ciudad de Santa Clara. No obstante, nuestra sugerencia es ese camino de piedras que nos trae directo al paraíso.

Al llegar lo primero que nos salta a la vista es que se trata, más allá de toda referencia previa, de uno de los lugares turísticos que lo tiene todo, desde cautivantes paisajes naturales, hasta una temperatura realmente fresca, y lo que cualquiera esperaría: un hotel confortable, tranquilo y acogedor.

Villa las Brujas es un pequeño resort de perfil ecológico, suspendido por pilotes sobre una formación rocosa en medio del manglar, se estructura en pequeñas cabañas, individuales y dúplex, todas enlazadas por rústicos puentes de madera. Las habitaciones son extensas, confortables y están bien equipadas, sus baños son de mármol y disponen de mini-suites, separadas del dormitorio, y casi todas con vista al mar.

En las ofertas culinarias también prima la naturalidad, no esperemos nada de experiencias gourmet, pues el protagonismo lo tienen más bien los platos de comida criolla y con especialidades del mar, sin que falte el pescado fresco, los crustáceos y demás mariscos.

El principal valor del complejo y donde radica su singularidad, es en lo bien integrado que está con el entorno natural. A lo largo de toda la instalación tenemos la guinda del pastel, pues nos recibe una extensa franja de playa, que contrasta sus arenas blancas con el azul brillante del litoral.

Pero lo mejor no queda ahí, al tratarse de 2 kilómetros de impecables dunas y tomando en cuenta que solo existe un pequeño hotel en el cayo, puedes irte con la certeza de que ese tramo paradisíaco que viste primero, será tuyo y de nadie más.

En dichas aguas podrás realizar todo tipo de actividades náuticas, no obstante, Las Brujas se jacta de la riqueza que exhiben sus fondos marinos al disponer de extensos arrecifes coralinos con una vasta fauna subacuática. Jureles, pagualas, chernas, barracudas y grandes cardúmenes de sábalos le proporcionan un atractivo especial para los buzos.

Y esto es algo que no se desaprovecha en modo alguno, pues aquí el buceo es el protagonista absoluto, y para ello se cuenta con un Centro de Buceo e instructores certificados por la ACUC Internacional; otra de las ventajas que muestra por sobre Enseñachos y Santa María.

No obstante, los amantes de la pesca deportiva también tienen sus sorpresas aseguradas puesto que se han capturado especímenes de sábalos de hasta 130 libras al igual que otras especies como róbalos, jiguaguas, pargos y cuberas, que le brindan al amante de la pesca una amplia variedad de captura; ya sea por el método fly-fishing o mediante dispositivos de pesca más convencionales.

Sí, ciertamente puede resultar un destino menos ambicioso que otros, pero es esa simplicidad lo que le confiere a Cayo Las Brujas un valor único dentro del turismo cubano, un lugar donde podemos descansar y dedicarnos a la mera contemplación del paisaje o a la actividad náutica.