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El Capri, el primero de los hoteles millonarios construidos en Cuba

El imponente Capri es un famoso hotel fundado a finales de los años cincuenta del siglo XX que aún conserva el encanto de esa época, ubicado en una de las zonas más céntricas de La Habana, Capital de Cuba, en la esquina que forman las calles N y 21 del populoso barrio de El Vedado, a una cuadra del Hotel Nacional y de la popular Rampa habanera.

Esta emblemática instalación hotelera de 19 pisos y 250 habitaciones se inauguró en 1957 con un lujoso casino (actual cabaret Salón Rojo donde actúan artistas y agrupaciones populares) y su financiamiento y manejo estuvieron a cargo de los principales jefes de la mafia estadounidense de la época. Su dueño era el conocido mafioso Santo Trafficante Jr. de Tampa, Florida.

Fue el primero de los hoteles de más de un millón de dólares construido en Cuba, bajo el amparo de la Ley de Hotel 2070 promulgada por el entonces presidente Fulgencio Batista, cuyo proyecto legislativo fue presentado nada menos que por Meyer Lansky, mafioso judío estadounidense que fue el principal creador del sistema financiero de lavado de dinero del crimen organizado.

Constituyó un centro de reunión de mafiosos en La Habana, en cuya grandiosa apertura participaron senadores, políticos, empresarios, artistas y, como figura principal, el actor norteamericano George Raft, quien por un tiempo empleó su talento en aumentar la popularidad de la sala de juegos y atraer a sus mesas a la clase rica estadounidense.

Pero la mafia no pudo disfrutar mucho tiempo del Capri y su esplendoroso casino, pues en el 1959 se abolió el juego en Cuba y, como muchas propiedades norteamericanas en la isla, el hotel fue confiscado.

La instalación continuó funcionando como tal y su casino fue convertido en el cabaret "Salón Rojo" que ha sido desde entonces uno de los más importantes escenarios de la música cubana. Cuenta además con restaurante, bar y una piscina en la azotea cuya vista es absolutamente espectacular.

Dejó de funcionar por una década desde 2003: primero estuvo cerrado por siete años y a partir de 2010 hasta 2013 se sometió a una reparación capital y fue modernizado según las tendencias contemporáneas, pero respetando su concepción original. El 28 de diciembre de ese último año tuvo lugar la reinauguración y desde entonces en las habitaciones y demás espacios del cincuentenario hotel se puede acceder a internet por Wifi y a la televisión por cable.

También es posible disfrutar de la climatización centralizada, el mobiliario renovado de las habitaciones y los espacios de esparcimiento, así como de toda la agradable ambientación en la cual impera la sencillez de un diseño sobrio y elegante que colinda con el minimalismo, donde predominan los colores neutros como el blanco, ocre, verde claro y negro. Cuenta además con un moderno sistema contra incendios.

Actualmente pertenece a la Cadena Hotelera Gran Caribe S.A. del Ministerio de Turismo de Cuba. Su administración, sin embargo, es compartida con la Compañía hotelera española NH Hoteles que luego de varios años de ausencia, finalmente regresó a la isla con este contrato.

Sus clientes provienen mayormente de Estados Unidos y llegan aquí mediante la agencias San Cristóbal y Amistur encargadas de la gestión de licencias ante la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del gobierno de EEUU, para viajes de ciudadanos de esa nación a la isla. Pero no son los únicos, también es escogido por alemanes, españoles, franceses, italianos, rusos, canadienses y latinoamericanos del cono sur, e incluso por japoneses y coreanos.

Pero sin dudas uno de los principales atractivos del legendario Capri es su ubicación privilegiada: lo rodean teatros, cines, fabulosas paladares (restaurantes particulares), hoteles y está a solo dos cuadras del Cine Yara, la heladería Coppelia, a menos de 5 del Malecón habanero y a diez minutos de La Habana Vieja, Centro Histórico de la urbe y Patrimonio de la Humanidad